Las tres tienen trabajo, pero dicen que están manifestándose hoy en Neptuno porque no quieren ver como su país se desploma sin hacer nada por evitarlo. Vanessa Fernández, de 34 años, es enfermera. «Yo no estoy aquí por mí, pero sí por lo que veo a mi alrededor. Lo que está pasando en la Sanidad es terrible. Me parece increíble que no podamos atender a los inmigrantes. Las mujeres víctimas de violencia de género no tienen ni para pagarse los ansiolíticos…».
Junto a ella, su hermana Montse, de 38 años, dice que ha venido por su hijo de dos años. «Creo que se merece un buen futuro, no esto. No quiero que tenga que irse a otro país a buscarse la vida. Nuestro hermano es empresario y lo está pasando fatal, poniendo dinero parano cerrar una empresa con siete personas a su cargo. De repente, todo el país se hunde, y los derechos que hemos tardado décadas en conseguir se esfuman como si nada».
Las dos hermanas, con su amiga Silvia Llopis, de 36 años, están especialmente indignadas con Rajoy. «¿Cómo ha sido capaz de decir que los ciudadanos de bien se quedan en casa?», exclama Montse. «Yo soy una ciudadana de bien, pago mis impuestos desde hace tiempo, y vengo a manifestarme porque me da la gana, porque me preocupa mi país. ¿Quién se ha creído este señor que es para juzgarme a mí? Yo no quiero asaltar el Congreso, creo en la democracia y en la soberanía nacional, y también en mi derecho a expresarme pacíficamente, como lo estoy haciendo». «Un político de bien», añade su hermana, «debería salir a las calles y mirar lo que ocurre, en vez de fumarse un puro mientras su país se hunde».
Las tres han venido preocupadas, y con algo de miedo, por lo que sucedió el día 25. «Claro que impone. Se palpa la tensión. Pero con miedo no se consigue nada. Aquí hemos venido a decir que queremos que las cosas cambien. Yo quiero una buena vida para mi hijo».
Autora: Mónica Ceberio Belaza.
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