María Amate se levanta cada mañana a eso de las siete. Despierta a su hija mayor, Mireia (14 años), y prepara desayunos y ropas hasta que despierta a la pequeña, Celia, que va a cumplir dos años. Sobre las ocho, la mayor sale hacia el instituto desde su casa en Puente de Vallecas, un barrio … Sigue leyendo
Debe estar conectado para enviar un comentario.